El Arte de la Motivación (3° y última Parte)

Sea el prototipo

Tal vez uno de los retos mayores que debe asumir un auténtico líder es el de guiar con su ejemplo a sus seguidores y nunca exigir a los demás lo que él sea incapaz de realizar; la congruencia, tema que hemos abordado en diferentes estudios publicados con relación al liderazgo de Excelencia, viene a presentar la piedra angular para inspirar la confianza de sus seguidores; y a la inversa, la incongruencia representa el arma mortal para perder el liderazgo ante cualquier grupo humano.

La verdadera naturaleza de un líder no se muestra por sus palabras, sino por sus hechos

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El líder de Excelencia sabe que su consistencia entre su decir, hacer y pensar es su mejor aliado para exigir de sus seguidores las conductas y acciones deseadas.

Asegúrese que sean recompensados

Una de las mayores tentaciones para un dirigente de éxito es la vanidad de que busque que sólo a él se le reconozcan los éxitos logrados, olvidando a todo el equipo, a quien verdaderamente se le deben los resultados obtenidos.

Un líder de Excelencia hace lucir a cada miembro de su equipo no solamente entre los propios miembros, sino ante otros grupos, ya sean de niveles jerárquicamente superiores o de otros medios dentro y fuera de la empresa.

Él es solamente quien dirige a un grupo de triunfadores, por lo que se preocupa que, cada vez que se logre un resultado de éxito, cada miembro de su equipo sea debidamente recompensado, sea a través de premios, reconocimientos o recompensas económicas, etcétera.

Se sabe un permanente promotor de calidad humana y de seres de éxito y es un promotor de momentos estelares.

Siembre ambiciones

A la gente hay que impulsarla permanentemente, despertando en ella ese espíritu que existe en todo ser humano para ser mejor, aboliendo esas anacrónicas estructuras mentales de la mediocridad y de la resignación.

Al ser humano mediocre le molesta cualquier insinuación de cambio para superarse; él ya está instalado en un apoltronamiento mental, ya sea porque cree que ya llegó adonde deseaba o bien resignado en su miseria, esperando algún milagro que lo lleve adelante, o sencillamente está lleno de desesperanza y cree firmemente que las cosas son así y ya ni modo, habrá que conformarse.

El líder hace despertar a sus seguidores y les vende el sueño de la superación permanente y los lanza a una dinámica de superación constante.

Espere lo mejor

Sus seguidores fallarán muchas veces, al igual que usted; los líderes de Excelencia deberán esperar el mejor esfuerzo de cada uno de sus subordinados fincados en una visión positiva y una sólida expectativa de éxito, pero también deben poseer una gran capacidad de perdón que se refleja en la tolerancia por las fallas que cometen y alentar a los fracasados a volver a intentar lo fallido una vez que hayan asimilado la lección que el mismo fracaso nos debe dejar.

Amar es humano, perdonar lo es aún más.
Un líder auténtico siempre espera lo mejor.

FELIZ AÑO 2011 Y HASTA LA PRÓXIMA CONTRACRÓNICA,